15.1.07

Amigos

Otras muchas veces caímos al suelo, pero supimos levantarnos a tiempo. Por aquel entonces, buscábamos cobijo en la noche y consumíamos la vida copa a copa en cualquier bar de esquina. Hablábamos sin saber lo que decíamos. Caminábamos juntos por senderos oscuros con la esperanza de encontrar la luz al final del camino. Reíamos sin cesar para empezar a llorar en cualquier momento. Soñábamos con llegar a alguna parte sin perder el equipaje en el trayecto. Trazábamos curvas y líneas rectas sobre un papel con la ilusión de estar dibujando un mapa de la felicidad.

En cierto modo, éramos felices. No teníamos nada en los bolsillos y toda una vida por delante. Nuestros amores eran platónicos. A veces, competíamos por ver quién era el más rápido, pero el último en llegar era siempre el que ganaba. Jugábamos a las cartas. Siempre juntos. No nos avergonzaba confesar que por encima de la amistad no había nada. Éramos todos para uno y uno para todos. Nos empeñábamos en ser lo que todos creían que éramos. Crecimos siendo amigos. Pero muchos dejaron de crecer...

De los pocos que quedan, tú eres uno. Has vuelto a tropezar, pero estoy seguro de que has aprendido a levantarte. Con ellos o sin ellos, hay que seguir mirando hacia adelante. Conmigo... siempre.

7 comentarios:

Risueña dijo...

A veces son esos "tropiezos" los que nos permiten abrir los ojos al mundo y seguir ese camino de aprendizaje y crecimiento que en algún momento se vio interrumpido... Con amigos como tú estoy segura de que levantarse resulta más fácil.

Lunaria dijo...

Es una suerte tener un amigo en el que apoyarse en los momentos difíciles y con el que reir al recordar viejas historias de años atrás.

Anónimo dijo...

Me encanta pasear por tu azotea, lo hago un poco a escondidas, desde el trabajo, en pequeños momentos libres en los que te apetece leer algo bonito, pasear por una azotea, buscar cosas olvidadas en un baúl desordenado...
Un besazo para los dos.
Aunque aparezca y desaparezca, no os olvido.
Carolina

almu dijo...

Es un gran alivio tener a alguien con quién poder contar plenamente cuando más lo necesitas.
Lo más triste es si tienes que sentir que debes perder a ese alguien porque descubres que no todo funcionaba como pensabas.

Elena -sin h- dijo...

Me recuerda a "Cuando éramos reyes" de Quique González.

Y, por desgracia, me recuerda a algunos amigos, aquellos que quedaron más lejos aún.

Martika dijo...

Hola guapo, a ver si nos tomamos de una vez el puñetero café, que parece que no hay manera... Por cierto, vuelvo a los lindes blogueros, aunque en formato cambiado; ahora me puedes encontrar en
http://atardeceresurbanos.blogspot.com

Besitos

Anónimo dijo...

Hola amigo. Hacía una temporadilla que no entraba a leer tus gacetillas, pero veo que no has perdido forma. Me alegro. A ver si hablamos tío, yo ando con muuuuucho lío por lo del enlacerrrrr. Y quién ha tropezado, un salmantino o un sevillano? Me pica... la curiosidad. Un abrazzzzzzzzoo muyyy fuerte que pa que pa que pachaaaaa