23.6.09

¿Aquí termina esto?

A veces todo termina así, de repente, sobre todo cuando se trata de poner en marcha un "Ensayo Literario Experimental Asistemático".

No sabes por qué ni para qué, pero todo se pone en marcha. Y empiezas a escribir. Antes de eso, un día cualquiera, te reencuentras con un compañero de trabajo que habías conocido tiempo atrás y empiezas a charlar. Una cerveza, un cigarrillo... Tal vez dos. Y descubres que es alguien con quien compartes ciertas inquietudes. Leer, escribir, discutir sobre cualquier cosa. Y surge la chispa. Y así comienza todo, como una especie de juego en el que no hay reglas, ni exigencias, ni premuras, ni pretensiones. Un proyecto que no es un proyecto, un trabajo de investigación que no cuenta con una metodología de trabajo predeterminada, una aventura con principio pero sin final. Lo hemos querido llamar "Ensayo Literario Experimental Asistemático". Únicamente algo es seguro: aquí comienza esto.

8.5.09

Un hombre en la oscuridad

"...sólo los buenos dudan de su propia bondad, y eso es precisamente lo que los hace así. Los malos sí saben que son buenos, pero ellos lo ignoran. Se pasan la vida disculpando a los demás, pero no son capaces de perdonarse a sí mismos".

P.D: Acabo de terminar de leer la última novela de Paul Auster y de doblar la esquina de alguna de sus páginas. Aquí, en Sevilla, el verano ya se hace notar durante la noche. Me voy a la cama. Y pienso dormir destapado.

3.5.09

Paranoico con gripe

Menudo follón se ha montado con lo de la gripe porcina. Y ahora, encima, resulta que no debemos llamarla así. Después de varios días acaparando portadas de periódicos y telediarios y provocando el pavor de medio mundo (del mundo rico, claro está, los países pobres tienen mejores cosas en qué pensar o a las que temer) la OMS y los obedientes medios de comunicación han decidido instaurar definitivamente el nombre de H1N1 para referirse a la devastadora gripe. No sé, suena mejor. Imagino, incluso, que dicha denominación responderá a una serie de criterios científicos que no alcanzo a comprender. Tampoco entiendo muy bien qué significa una alerta de nivel 5, aunque si la alerta máxima se establece al llegar al nivel 6, debo suponer que estamos al borde del abismo.

Menos mal que todo tiempo de crisis (en sentido sanitario y, cómo no, en sentido económico) tiene un lado positivo. Baste el ejemplo, simplemente, de La Roche, empresa farmacéutica productora del antiviral Tamiflu (conozco a alguno que ya se lo está tomando: saluditos, Rafalín). Pues bien, la cotización de dicha empresa había subido hasta ayer un 7,1% en bolsa, o lo que es lo mismo: ahora vale 5.856 millones de euros más que antes de que se conociera esta nueva gripe. Ahí es nada. A la segunda empresa farmacéutica en discordia, GlaxoSmithKline, tampoco le va nada mal, y en los últimos siete días ha aumentado su valor un 4,5%, es decir, 2.996 millones de euros que arrojan el peso bursátil del citado grupo británico hasta los 59.911 euros. Toma ya. Para que luego digan que la gripe porcina, perdón, quería decir gripe H1N1, sólo ha traido el miedo a la sociedad mundial. Hay quienes en este tiempo de incertidumbre han sabido sembrar y recoger y hemos de alegrarnos por ellos.

Pero las buenas noticias no acaban aquí. El caso es que tengo la insana constumbre de leer el periódico de cuando y cuando y hoy he sabido que otra empresa farmacéutica, Gilead Sciences, dueña de la patente de Tamiflu, recibe el 10 % de cada dosis de producto que vende la anteriormente citada Roche. Enhorabuena, pues. Y mira tú por dónde, me he enterado también que Donald Rumsfeld (anterior secretario de Defensa de los EEUU y, por consiguiente, cerebro de las torturas en Guantánamo, entre otros muchos méritos) fue presidente de Gilead Sciences hasta su nombramiento por el gobierno norteamericano en el año 2001. Cuatro años más tarde, el Pentágono presupuestó más de mil millones de dólares para comprar Tamiflu con el que vacunar a los soldados contra la gripe aviar. No sé, todo esto da qué pensar. ¿Paranoico? Posiblemente, pero mejor ser un paranoico con dudas que un gilipollas convencido.

2.5.09

Sangre en tus labios

Las calles eran aún más frías antes de que ella llegara al barrio. La vida casi no tenía sentido. Al menos no lo tenía cada vez que sus compañeros le acosaban en el colegio. Le despreciaban. Le golpeaban. Le hacían sentirse cada día un poco más pequeño. Al salir de clase le esperaba, por separado, el cariño de papá y mamá. A veces ella. A veces él. No parecía muy feliz, pero creo que le pedía poco a la vida, en definitiva. Disfrutaba sentado sobre un viejo columpio y jugando con un cubo de Rubik que nunca conseguía montar. A menudo sus pies permanecían hundidos en la nieve.Cuando apareció ella, sus manos estaban heladas. Y su mirada, perdida. Como de costumbre.

La miró, como hubiera mirado a cualquier otra chica de su misma edad, de soslayo, con la timidez propia de un chico de doce años pero multiplicada por cien. Ninguno de ellos dijo su nombre. Eso ocurriría más tarde, cuando de alguna manera se hicieron amigos. Oskar y Eli, así se llamaban. Un chico tímido y una chica misteriosa. Desde entonces la soledad fue cosa de dos. Juntos descubrieron una sensación que algunos se atreverían a llamar amor. Y compartieron hasta el último de sus secretos.

Sólo él sabría abrigar a la chica que nunca tenía frío, mirándole a los ojos una y otra vez, descubriendo en ellos la vida eterna, aceptando que el amor no conoce barreras. Ni siquiera cuando se trata de amor entre un niño y una vampiresa.

30.4.09

Cinco días

Guardo restos de la lluvia en una cantimplora. Bebo a ratos. Voy al supermercado en busca de emociones, pero no queda nada en las estanterías y vuelvo a casa con los bolsillos vacíos. Después del lunes viene el martes. Intercambio impresiones con algún que otro capullo. Pero eso ocurre todos los días. Después del martes viene el miércoles. Enciendo un cigarrillo. Trago el humo. Apago el cigarrillo. Enciendo otro. Me planteo dejar de fumar. Apago el cigarrillo. Bebo un poco de agua de mi cantimplora. Ya es jueves. He dejado de fumar. San Viernes. La cantimplora está medio vacía, pero pronto empezará a llover.

15.12.08

Una nueva cuenta atrás

Lo sé, la cuenta atrás ha durado demasiado. El descanso casi parece haber sido infinito. Y no hay excusas que justifiquen mi larga ausencia. No voy a decir que han sido muchos los que me han animado a seguir escribiendo, pero algunos lo han hecho. He recibido gritos de ánimo y reproches bien merecidos. Reproches por mi falta de constancia, por mi dejadez, por mi marcha indefinida...

El caso es que he vuelto, sin tener muy clara la manera de llenar los vacíos de este blog, dubitativo ante la opción de continuar con mis desvaríos literarios (por llamarlos de alguna forma) o la siempre recurrente oportunidad de abrir esta azotea a nuevas experiencias.

Lo decidiré en los próximos días, mientras espero ansioso la llegada de Paula, viviendo de nuevo otra cuenta atrás.

4.7.08

La cuenta atrás

Quedan siete días, dos horas y treinta y dos minutos para bajar el telón. Sí, las ansiadas vacaciones están a la vuelta de la esquina. Y este año no sueño con grandes viajes a lo largo y ancho del mundo. Me conformo con empezar cada día del verano sin hacer uso del despertador. Con desayunar tranquilamente frente a la televisión mientras me entero de cómo está el mundo a través de algún canal todonoticias. Quién sabe si más tarde me apetecerá salir a la calle a comprar el periódico y el pan o si me decantaré por tumbarme en el sofá a deleitarme con la lectura de una buena novela. Tal vez sea el momento preciso para poner en funcionamiento el aire acondicionado, la mejor arma del hogar para sobrevivir a la guerra veraniega. Gran parte de mi tiempo lo ocuparán también ciertos proyectos de estudio que tengo entre manos. Por la tarde, cine en casa o piscina con amigos (se admiten invitaciones). Y de vez en cuando, escapada a la playa, a broncear la piel y remojar el cuerpo en el mar. La cervecita... Que nunca falte al mediodía. Ni por las noches, claro. Y a descansar, sin prisas, sin agobios, sin agendas apretadas, ni voces, ni ruidos, ni tensiones.

En fin, imagino que no es mal plan de verano para ningún mortal. Tal vez, cuando la tranquilidad se apodere de mi alma, el gusanillo viajero que habita en mi interior despierte de repente reclamando un poco de aventura. Será el momento de hacer las maletas para seguir disfrutando del verano de otra manera, siempre junto a Risueña, atentos a los reclamos de garbancit@, descubriendo mundo.

16.6.08

Creciendo

El tiempo pasa. Garbancit@ ha cumplido doce semanas y ya luce una esbelta figura.















Casi parece estar mirándonos desde ahí adentro.



Y mientras tanto sigue creciendo, creciendo, creciendo... La ilusión, también.

7.5.08

Más latidos

Sí, es él o es ella. Apenas tiene siete semanas de vida
pero su corazón ya late con más fuerza que un tren de mercancías. Mide un centímetro escaso, algo así como un garbanzo. Me cuesta imaginar cómo será cuando crezca, pero pensar que dentro de la barriguita de Risueña se abre paso una nueva vida resulta mucho más difícil de creer. Lo cierto es que garbancit@ (nombre provisional a la espera de futuros e inevitables acontecimientos) poco a poco se va convirtiendo en una personita. Dicen las enciclopedias que por el momento sigue siendo un embrión, pero que poco a poco va adoptando la forma humana. Ya puede apreciarse levemente la silueta de los dedos, los ojos, la nariz. Diría que casi puedo distinguir su sonrisa. Aunque, claro, esto último no es más que una afirmación arriesgada de un futuro padre que alucina por momentos. Puedo jurar incluso que en el instante de la ecografía creí ver su diminuta pero perfecta figura a través del monitor. Una simpática ginecóloga me corrigió y me hizo ver la realidad en la pantalla, garbancit@ no es más que eso: una pequeña legumbre sin sexo ni formas definidas. Así que paciencia, compañeros del mundoblog, todavía no sabemos si garbancit@ se parece más a la madre o al padre, pero os mantendremos informad@s. Su corazón, mientras tanto, sigue latiendo.

23.4.08

Latidos

Apenas eres nada y ya lo eres todo: una noticia que ha cambiado nuestras vidas, una montaña de alegría que se alza sobre cada uno de nosotros, una promesa, un reto, un camino por recorrer, una ilusión, una esperanza. Eres él o eres ella reinando un mundo repleto de colores.

Apenas eres nada y ya lo eres todo. Por eso me he convertido en una persona impaciente. Miro de vez en cuando el calendario, ansioso por que llegue el día en que pueda estrecharte entre mis brazos y se dibuje en mi rostro esa sonrisa de tonto que muchos ya dicen que exhibo, feliz por saber que vives mientras me haces vivir.