31.10.06

¿Mañana?

No tengo miedo. He mirado hacia arriba y el cielo sigue en el mismo lugar. Juraría que hasta ayer era otoño, pero hoy el día es espléndido y todo me hace dudar. El reloj sigue funcionando. Supongo, entonces, que el tiempo pasa.

La música suena, una canción tras otra. No es momento de escuchar un vals. Una voz quebrada habla de sobrevivir. Supongo que no es para tanto, pero así es el rock. Unas veces se gana y otras veces se pierde, pero siempre hay que apostar cuando las guitarras rugen y el nivel de adrenalinan sube. Se trata de vivir al límite, como si cada segundo fuera el punto y final de nuestras vidas. Hoy aquí. Mañana no importa. Ahora, por favor, discúlpenme. Una nueva canción acaba de comenzar. Y tengo que vivir.

5 comentarios:

Lunaria dijo...

Esa es la vida. Pasar el tiempo lo mejor posible y disfrutando de cada minuto, ya sea con una canción, con una sonrisa...el futuro ya vendrá, para qué preocuparse por él, sólo nos llevaría a no vivir el presente.

Anónimo dijo...

Estimado amigo: La vida, como las películas, es un eterno devenir de conflictos. Aunque no lo sepamos, siempre estamos viviendo al límite. Cualquier detalle, cualquier tontería nos manda a freir espárragos. Y ahora, perdoname, pero tengo que seguir haciendo el amor. Ciao.

Artic dijo...

Cuando escucho la palabra Rock me sube la adrenalina. Algo se remueve dentro de mi, una necesidad de no sé qué, que me envuelve y no me suelta hasta que logro liberarme abrazado a él. ¿Por qué nos atrapa de esa manera?

a veces yo dijo...

Vivir es un privilegio. Y saber aprovechar el tiempo de la vida es un placer. Estás en lo cierto, lunaria, hay que vivir el presente. En cuanto a lo del rock, Hugo, no sabría explicarlo con palabras, pero creo que los dos compartimos esa extraña sensación de felicidad que nos produce unos cuantos acordes con distorsión en la guitarra. ¿Me equivoco?

sb dijo...

vivir a través de la música es una bonita forma de ver el mundo y la realidad...