4.7.08

La cuenta atrás

Quedan siete días, dos horas y treinta y dos minutos para bajar el telón. Sí, las ansiadas vacaciones están a la vuelta de la esquina. Y este año no sueño con grandes viajes a lo largo y ancho del mundo. Me conformo con empezar cada día del verano sin hacer uso del despertador. Con desayunar tranquilamente frente a la televisión mientras me entero de cómo está el mundo a través de algún canal todonoticias. Quién sabe si más tarde me apetecerá salir a la calle a comprar el periódico y el pan o si me decantaré por tumbarme en el sofá a deleitarme con la lectura de una buena novela. Tal vez sea el momento preciso para poner en funcionamiento el aire acondicionado, la mejor arma del hogar para sobrevivir a la guerra veraniega. Gran parte de mi tiempo lo ocuparán también ciertos proyectos de estudio que tengo entre manos. Por la tarde, cine en casa o piscina con amigos (se admiten invitaciones). Y de vez en cuando, escapada a la playa, a broncear la piel y remojar el cuerpo en el mar. La cervecita... Que nunca falte al mediodía. Ni por las noches, claro. Y a descansar, sin prisas, sin agobios, sin agendas apretadas, ni voces, ni ruidos, ni tensiones.

En fin, imagino que no es mal plan de verano para ningún mortal. Tal vez, cuando la tranquilidad se apodere de mi alma, el gusanillo viajero que habita en mi interior despierte de repente reclamando un poco de aventura. Será el momento de hacer las maletas para seguir disfrutando del verano de otra manera, siempre junto a Risueña, atentos a los reclamos de garbancit@, descubriendo mundo.