7.5.08

Más latidos

Sí, es él o es ella. Apenas tiene siete semanas de vida
pero su corazón ya late con más fuerza que un tren de mercancías. Mide un centímetro escaso, algo así como un garbanzo. Me cuesta imaginar cómo será cuando crezca, pero pensar que dentro de la barriguita de Risueña se abre paso una nueva vida resulta mucho más difícil de creer. Lo cierto es que garbancit@ (nombre provisional a la espera de futuros e inevitables acontecimientos) poco a poco se va convirtiendo en una personita. Dicen las enciclopedias que por el momento sigue siendo un embrión, pero que poco a poco va adoptando la forma humana. Ya puede apreciarse levemente la silueta de los dedos, los ojos, la nariz. Diría que casi puedo distinguir su sonrisa. Aunque, claro, esto último no es más que una afirmación arriesgada de un futuro padre que alucina por momentos. Puedo jurar incluso que en el instante de la ecografía creí ver su diminuta pero perfecta figura a través del monitor. Una simpática ginecóloga me corrigió y me hizo ver la realidad en la pantalla, garbancit@ no es más que eso: una pequeña legumbre sin sexo ni formas definidas. Así que paciencia, compañeros del mundoblog, todavía no sabemos si garbancit@ se parece más a la madre o al padre, pero os mantendremos informad@s. Su corazón, mientras tanto, sigue latiendo.